El aceite es uno de los componentes más vitales para el correcto funcionamiento de cualquier vehículo. Actúa como lubricante, reduciendo la fricción entre las piezas móviles del motor y ayudando a disipar el calor. Puede prolongar la vida útil del motor, mejorar su rendimiento y, en última instancia, ahorrar dinero en reparaciones costosas.
Función
Su función es fundamental para el buen funcionamiento y la durabilidad del motor:
- Lubricación: reduce la fricción entre las piezas móviles del motor. Esta lubricación es esencial para prevenir el desgaste prematuro de las piezas y asegurar un funcionamiento suave y eficiente.
- Refrigeración: ayuda a disipar el calor generado por el motor. A medida que circula, absorbe el calor y lo transfiere fuera de las partes más calientes, ayudando a mantener una temperatura adecuada.
- Limpieza: recoge y suspende partículas de suciedad, residuos y productos de la combustión, evitando que se acumulen en las superficies internas del motor.
- Protección contra la corrosión: contiene aditivos que protegen las superficies metálicas del motor contra la corrosión y el óxido.
- Sellado: ayuda a sellar los espacios entre los pistones y los cilindros, mejorando la compresión del motor y su eficiencia. Esto también contribuye a reducir las emisiones y mejorar el rendimiento general del coche.
- Amortiguación: actúa como un amortiguador entre las piezas móviles, reduciendo el impacto y el ruido producido por el movimiento del motor. Esto ayuda a prolongar la vida útil de los componentes del motor.
Cuando cambiarlo
El momento adecuado para cambiarlo depende de varios factores, como el tipo de aceite, el tipo de coche y las condiciones de conducción.
Según el tipo de aceite:
- Mineral: Se recomienda cambiarlo cada 5.000 a 7.500 kilómetros.
- Semisintético: Generalmente, se cambia cada 7.500 a 10.000 kilómetros.
- Sintético: Puede durar entre 10.000 y 15.000 kilómetros, y en algunos casos hasta 20.000 kilómetros, dependiendo de la calidad del aceite y las recomendaciones del fabricante.
Según el tipo de coche:
Cada coche tiene sus propias especificaciones y recomendaciones del fabricante. Consulta el manual del propietario para obtener la información más precisa sobre la frecuencia de cambio.
Según las condiciones de conducción:
- Conducción en ciudad: Si conduces en la ciudad, con paradas y arranques frecuentes, es recomendable cambiarlo con más frecuencia.
- Conducción en carretera: Si tu conducción es mayoritariamente en carretera, con trayectos largos y constantes, puedes extender un poco más los intervalos de cambio.
- Condiciones extremas: Si conduces en condiciones extremas, como temperaturas muy altas o bajas, o en ambientes muy polvorientos, es aconsejable cambiarlo con mayor frecuencia.
Signos de que necesita ser cambiado
- Color: si se ve muy oscuro o negro, es señal de que está sucio y debe ser cambiado.
- Nivel: si está por debajo del nivel recomendado, puede ser necesario un cambio o simplemente una reposición.
- Luz de advertencia: si se enciende en el tablero, es una clara señal de que necesitas revisar y posiblemente cambiarlo.
- Ruidos del motor: Si escuchas ruidos inusuales, puede ser un indicio de que no está lubricando adecuadamente y necesita ser cambiado.
Consejos de mantenimiento
Mantenerlo en buenas condiciones es esencial para asegurar un rendimiento óptimo del motor y prolongar su vida útil. Ten en cuenta los siguientes consejos:
- Verifica regularmente el nivel: al menos una vez al mes. Utiliza la varilla de medición (dipstick). Saca la varilla, límpiala con un paño, vuelve a insertarla y sácala de nuevo para comprobar el nivel. Asegúrate de que esté entre las marcas de mínimo y máximo.
- Uso adecuado: Utiliza el tipo recomendado por el fabricante del vehículo. Esto puede variar entre mineral, semisintético o sintético. Asegúrate de usar el grado de viscosidad correcto según las especificaciones del manual del propietario.
- Cambio regular del filtro: el filtro atrapa impurezas y partículas que pueden dañar el motor. Cámbialo con frecuencia. Esto asegura que el nuevo no se contamine con residuos atrapados en el filtro viejo.
- Mantén el motor limpio: así como sus componentes para evitar que el polvo y la suciedad entren en el sistema de lubricación. Revisa periódicamente el compartimento del motor para detectar posibles fugas.
Si te gustaría mantener todos los componentes de tu coche en buen estado, contacta con nosotros. Pide cita en nuestro taller y solucionaremos todas tus dudas.