Es un aspecto fundamental en el funcionamiento de cualquier vehículo con motor de combustión interna. Este término se refiere al estado en el que el motor está encendido, pero no se encuentra en marcha, es decir, no se está acelerando ni moviendo el vehículo. En este estado, el motor funciona a un régimen mínimo de revoluciones por minuto (RPM), permitiendo que todos los sistemas del coche se mantengan operativos mientras el vehículo está detenido.
Si notas cualquier fallo en el sistema de tu vehículo, contacta con nuestro taller y realizaremos una revisión completa.
Cómo funciona
El funcionamiento es el siguiente:
Sistema de control
Este elemento se encarga de mantener una velocidad de giro constante del motor cuando el vehículo no está en marcha. Este sistema ajusta la cantidad de aire y combustible que entra en el motor para asegurar un funcionamiento suave y estable.
Componentes involucrados:
- Válvula de control: Esta válvula regula la cantidad de aire que entra en el motor cuando el acelerador está cerrado. Controla el flujo de aire para mantener las RPM estables.
- Unidad de control (ECU): La ECU es el cerebro del coche que monitorea y ajusta los parámetros del motor. Recibe señales de varios sensores y ajusta la mezcla de aire y combustible para mantener el ralentí adecuado.
- Sensor de posición del acelerador (TPS): Informa a la ECU sobre la posición del acelerador. Cuando está cerrado, la ECU sabe que debe mantener el motor en ralentí.
- Sensor de temperatura del motor: Informa a la ECU sobre la temperatura del motor, lo cual es crucial para ajustar la mezcla de combustible durante el arranque en frío y el calentamiento.
Proceso en diferentes tipos de motores
- Motores de gasolina: En los motores de gasolina, la ECU controla la válvula de control del ralentí para ajustar el flujo de aire. Dependiendo de la carga del motor (como cuando se enciende el aire acondicionado), la ECU puede aumentar ligeramente las RPM para compensar.
- Motores diésel: Los motores diésel no tienen una válvula de control. En su lugar, la ECU ajusta la cantidad de combustible inyectado para mantener las RPM estables. Los motores diésel modernos utilizan sensores y actuadores para controlarlo con precisión.
Qué pasa si falla
Si falla, pueden presentarse una serie de problemas que afectan el rendimiento, la eficiencia y la seguridad del vehículo:
- Oscilaciones en las RPM: El motor puede experimentar subidas y bajadas constantes en las revoluciones por minuto (RPM), lo que provoca una marcha inestable.
- Vibraciones: El coche puede vibrar más de lo normal cuando está detenido.
- Consumo excesivo de combustible: el motor está girando a más revoluciones de las necesarias, lo que aumenta el consumo de combustible incluso cuando el coche está parado.
- Desgaste acelerado: El funcionamiento del motor a RPM más altas de lo normal puede causar un desgaste prematuro en componentes del motor, como bujías y válvulas.
- Apagones del motor: el motor puede apagarse inesperadamente, lo que puede ser peligroso si sucede en medio del tráfico.
- Falta de energía: puede causar una falta de potencia en el motor, lo que dificulta el funcionamiento de sistemas auxiliares como el aire acondicionado y el alternador.
- Fugas de Vacío: Fugas en las mangueras de vacío pueden causar un desequilibrio en la mezcla de aire y combustible, resultando en un ralentí irregular.
Consejos para mantenerlo en buen estado
- Limpieza y sustitución: Limpiar o reemplazar la válvula de control y otros componentes asociados, como los sensores defectuosos.
- Revisión de fugas: Inspeccionar y reparar cualquier fuga en las mangueras de vacío.
- Mantenimiento regular: Realizar un mantenimiento regular del motor, incluyendo la revisión de bujías, filtros de aire y componentes del sistema de combustible.
Si te gustaría mantener todos los componentes de tu coche en buen estado, contacta con nosotros. Pide cita en nuestro taller y solucionaremos todas tus dudas.
