Quizás, en alguna ocasión, habéis notado que el volante se pone duro. Con la llegada de la dirección asistida manejo de los vehículo daba un salto exponencial, contando con un sistema que hacía mucho más sencilla las tareas de maniobras, de centrar el vehículo y de, en resumen, controlar las reacciones del vehículo. Pese a ello, por algún fallo, podemos encontrarnos con problemas en este sistema. Estas son las razones por las que el volante se pone duro.
Encontrar el razonamiento a este problema no es tan sencillo como elegir A o B. Si notamos que el volante se pone duro puede ser debido a diversos factores, o a un conjunto de ellos. De la misma manera, en la era moderna nos podemos encontrar con diversos tipos de direcciones, sistemas que también tienen que decir en este problema.
Tipos de dirección asistida
En la actualidad hay unos tres tipos de dirección asistida, aunque es cierto que en la dirección mecánica fue uno de los primeros sistemas en la era moderna.
1. Dirección asistida hidráulica:
- Funcionamiento: Utiliza un sistema hidráulico para amplificar la fuerza aplicada por el conductor al volante. Una bomba hidráulica, generalmente accionada por el motor del vehículo, impulsa fluido hidráulico a alta presión hacia un cilindro hidráulico. El pistón del cilindro empuja una cremallera, lo que facilita el giro de las ruedas.
- Ventajas: Barata, sencilla y robusta.
- Desventajas: Consume energía del motor, genera ruido y requiere mantenimiento periódico.
2. Dirección asistida electrohidráulica:
- Funcionamiento: Combina un sistema hidráulico con un motor eléctrico. El motor eléctrico controla la presión del fluido hidráulico en el cilindro, proporcionando asistencia variable según las necesidades de conducción.
- Ventajas: Más eficiente que la dirección hidráulica tradicional, ofrece mayor control y precisión.
- Desventajas: Más compleja y costosa que la dirección hidráulica tradicional.
3. Dirección asistida eléctrica (EPS):
- Funcionamiento: No utiliza fluido hidráulico. Un motor eléctrico está conectado directamente a la cremallera de la dirección, proporcionando asistencia variable según las necesidades de conducción.
- Ventajas: La más eficiente y ecológica, ofrece un funcionamiento silencioso y preciso, permite mayor flexibilidad en el diseño del vehículo.
- Desventajas: La más costosa de los tres tipos, puede tener una sensación menos natural que la dirección hidráulica tradicional.
¿Por qué la dirección asistida se pone dura?
Teniendo en cuenta que cada dirección aporta unas sensaciones, podemos encontrar diversas razones por las que el volante se pone duro. En cualquier caso, nos encontramos con un problema que merece la pena analizar, pues sin la dirección asistida perdemos no solo suavidad en el aro, también la función de autocentrado del vehículo o facilidad para esquivar obstáculos.
1. Problemas con el nivel o la calidad del líquido de dirección asistida:
- Nivel bajo: El nivel de líquido de dirección asistida (LDH) debe estar dentro del rango recomendado por el fabricante. Si el nivel es bajo, la bomba no podrá generar suficiente presión para asistir al giro del volante. Revisa el nivel en el depósito del LDH, normalmente ubicado en el compartimento del motor, y rellena si es necesario con el líquido recomendado por el fabricante.
- Líquido deteriorado: Con el tiempo y el uso, el LDH puede perder sus propiedades y deteriorarse. Esto puede afectar el funcionamiento de la bomba y la asistencia de la dirección. Es recomendable cambiar el LDH según las indicaciones del fabricante del vehículo, generalmente cada 40.000 a 80.000 kilómetros.
2. Fugas en el sistema de dirección asistida:
- Mangueras o tuberías rotas: Las mangueras o tuberías de LDH pueden deteriorarse con el tiempo y presentar fugas, lo que provoca la pérdida de líquido y la disminución de la presión en el sistema. Revisa cuidadosamente las mangueras y tuberías en busca de grietas, desgaste o zonas húmedas. Si detectas alguna fuga, es necesario reemplazar la pieza afectada.
- Juntas o retenes desgastados: Las juntas y retenes del sistema de dirección asistida ayudan a mantener la presión del LDH y evitar fugas. Con el uso, estas piezas pueden desgastarse y perder su efectividad. Si observas manchas de LDH alrededor de las juntas o retenes, es probable que necesiten ser reemplazadas.
3. Avería en la bomba de dirección asistida:
La bomba de dirección asistida es la encargada de generar la presión hidráulica necesaria para el correcto funcionamiento del sistema. Si la bomba falla, la asistencia de la dirección se verá afectada, especialmente a baja velocidad o en parado. Algunos síntomas de una bomba averiada pueden ser ruidos inusuales al girar el volante, fugas de LDH en la zona de la bomba o una sensación de dureza excesiva en la dirección. En caso de sospechar una avería en la bomba, es necesario llevar el vehículo a un taller especializado para su diagnóstico y reparación.
4. Problemas con la correa de la bomba:
La correa de la bomba de dirección asistida transmite la potencia del motor a la bomba para que esta pueda funcionar. Si la correa está desgastada, agrietada o floja, la bomba no recibirá la potencia necesaria y la asistencia de la dirección se verá afectada. Revisa el estado de la correa y asegúrate de que esté en buen estado y con la tensión adecuada. Si es necesario, reemplázala por una nueva.
Otras razones por las que mi volante se pone duro al girar
Existen varias razones por las que el volante de un coche puede ponerse duro al girar, especialmente a baja velocidad o en parado. Las causas más comunes son:
1. Presión baja en los neumáticos:
Es la causa más habitual y sencilla de solucionar. La presión baja en los neumáticos aumenta la resistencia a la rodadura, lo que dificulta el giro del volante. Comprueba la presión de tus neumáticos con un manómetro y ajústala al valor recomendado por el fabricante de tu vehículo.
2. Alineación de las ruedas incorrecta:
Si las ruedas no están correctamente alineadas, pueden ofrecer resistencia al giro, especialmente al girar en una dirección. Llevar el vehículo a un taller para que le realicen una alineación de las ruedas puede solucionar el problema.
3. Componentes desgastados o dañados en la dirección:
Con el tiempo y el uso, algunos componentes de la dirección, como las rótulas de dirección, las bieletas o los cojinetes de rueda, pueden desgastarse o dañarse. Esto puede provocar que el volante se ponga duro o que se produzcan ruidos al girar. Si sospechas que hay un problema con algún componente de la dirección, es importante llevar el vehículo a un taller mecánico para su diagnóstico y reparación.
4. Problemas con los frenos:
En algunos casos, un problema con los frenos, como un freno de mano mal apretado o un freno de disco atascado, puede hacer que el volante se ponga duro al girar. Revisa el estado de los frenos y asegúrate de que funcionan correctamente.