Desde el primer momento que nació el motor de combustión, la potencia que es capaz de generar se mide en caballos de vapor, un concepto que conocemos en las fichas por su abreviación como CV. Esta magnitud siempre ha sido –y será– importante tanto para los clientes que busquen un coche nuevo como para los aficionados al mundo de las cuatro ruedas. Pero ¿qué es realmente la potencia? ¿De dónde viene esta magnitud?
La potencia es…
La potencia se define como la cantidad necesaria de trabajo que un automóvil debe aplicar para impulsarse. Antiguamente, los caballos eran los encargados de mover los carros, levantar elevadas cargas de peso y muchas otras actividades que requerían de un gran esfuerzo. Con la llegada de la máquina de vapor a finales del siglo XVIII (tras muchos intentos previos que se remontan a la época de Herón sin gran notoriedad), se necesitaba una nueva medida para determinar el trabajo que estas máquinas generaban.
Unidades de medida para la potencia de un motor
Llegados a este punto, es importante distinguir las unidades en las que se mide la potencia de un motor. En los países de habla anglosajona se utiliza la medida HP (horsepower), mientras que el resto del mundo utiliza la acotación CV (caballo de vapor) como medida de referencia. Pero ninguna pertenece al Sistema Internacional de Unidades, por lo que la única unidad que relaciona ambas magnitudes es el vatio (W). Tanto a nivel técnico como legal, es la forma de medición existente más adecuada para referirse a la potencia.
Asimismo, la historia nos ha demostrado que, según donde vivas o el tipo de máquina a la que hagas referencia, se utilizarán distintas equivalencias. Por ejemplo, la medida BHP (brake horsepower) hace referencia a la potencia de un motor despreciando las pérdidas ocasionadas por la caja de cambios, el diferencial, la bomba de agua y demás elementos partícipes en la transmisión de la energía desde el motor hasta las ruedas motrices. En consecuencia, el rendimiento es superior a la salida del cigüeñal que en las ruedas motrices.
Llegados a este punto, la potencia de que es capaz de entregar un motor se relaciona directamente con la cantidad de masa a mover en un tiempo determinado. Cuanto más pesado sea un vehículo, más energía necesita para moverse. Pero los caballos de vapor no determinan en términos absolutos la fuerza o velocidad que pueda generar el propulsor, existen otros factores determinantes como el par motor, la cilindrada, las relaciones de la transmisión o el tipo de mezcla entre la gasolina y el aire.